¿Quién fue Beatriz?
Beatriz, una joven salvadoreña de bajos recursos, fue diagnosticada con lupus a los 19 años, lo que complicó sus dos embarazos. A pesar de las sugerencias médicas de esterilización para evitar complicaciones futuras, Beatriz decidió convertirse en madre nuevamente. En 2011, dos años después de su diagnóstico, dio a luz a su primer hijo, un hermoso varón que hoy tiene 10 años. En 2013, dos años después, Beatriz experimentó otro embarazo, esta vez de una niña. Aunque tuvo algunos problemas debido a su enfermedad, los médicos controlaron especialmente su embarazo y las cosas iban bien. Sin embargo, en el segundo trimestre, descubrió que su bebé tenía una malformación anencefálica, una discapacidad que no le impedía estar consciente ni sentir dolor, con la probabilidad de vivir meses o años. Aceptar la discapacidad de su hija fue un desafío para cualquier padre, pero la situación se complicó cuando una enfermera filtró su historial clínico a organizaciones feministas que buscaban la legalización del aborto. Estas organizaciones fueron a buscar a Beatriz hasta su casa, violando su derecho a la privacidad y exponiéndola a una cacería ideológica. Se aprovecharon de su falta de educación y recursos, persuadiéndola de que el aborto era la única opción y utilizando su caso para pedir la legalización del aborto en dos instancias frente a la Corte Suprema de El Salvador. A pesar de que la Corte reconoció que el embarazo de Beatriz estaba perfectamente controlado y que su vida y la de su hija no corrían riesgos, ordenaron una cesárea a las 26 semanas de embarazo para evitar una posible preeclampsia. Leilani, la hija de Beatriz, nació con vida pero falleció unas horas después debido a su discapacidad. Beatriz se quedó en el hospital recuperándose de la cesárea, sin problemas físicos pero con un vacío enorme como toda madre que pierde a su hijo. Cuatro años y cuatro meses después, Beatriz falleció por un accidente de tránsito. Su caso continuó escalando en los tribunales hasta llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde las organizaciones abortistas, a pesar de la evidencia en contrario, aseguran que murió por no haber podido acceder a un aborto, buscando así la legalización del aborto en El Salvador. Beatriz, mientras estaba viva, fue engañada, y ahora, después de su muerte, la utilizan para manipular la opinión pública.